Ir al contenido principal

¿Qué pasa en Venezuela? Nº 7 : Agravamiento de la crisis


Pero el problema no se quedó en los mencionados productos. En efecto, fue pasando de los productos de lujo, y de los productos menos necesarios, como el automóvil, hacia todas las mercancías más demandadas, nacionales o importadas, sometidas o no a regulación, incluyendo el gas, la gasolina y otras energías. Y, como el gobierno, con la intención de contrarrestar las tendencias inflacionarias, impuso la regulación y control de los precios de muchos productos, la respuesta “del mercado” (vale decir de los capitalistas y comerciantes especuladores), fue casi siempre la misma: desaparición de productos, re-marcaje de precios, acaparamiento, escasez, contrabando de extracción, súper-especulación, “bachaquerismo” y otros.


Además de todo lo expuesto, comenzó a crearse o extenderse (e institucionalizarse) lo que los economistas llaman un “mercado de vendedores”, algo totalmente desfavorable a los consumidores (compradores) y causa directa o indirecta de la especulación desenfrenada. Lo extraordinario se fue convirtiendo en ordinario. La excepción se convirtió en regla. La perversión económica se instaló. Y lo que inicialmente fue un mercado negro de dólares se fue extendiendo hasta convertirse en un mercado negro generalizado que incluyó progresivamente automóviles, repuestos, cauchos y otras partes automotrices; línea blanca, alimentos, equipos electrónicos hasta, más recientemente, las medicinas.

Y, el resultado final fue una inflación galopante y generalizada. Los precios ascendieron verticalmente. Por su parte el gobierno respondió profundizando sus políticas y tratando de responder a la “guerra económica” desatada con más guerra económica gubernamental. Es decir, con más intervención del Estado en la economía, ratificando la política de subsidios, la regulación o control de precios, y, por añadidura, fiscalizaciones, requisas, sanciones y otras medidas extra-económicas que no sólo no lograban resolver el problema, sino que, por el contrario, lo fueron agravando, desestimulando la producción y aumentando la escasez por acaparamiento intencional o por la dinámica propia del mercado capitalista, pues, bien  sabido es que se trata de tendencias propias de cualquier mercado, es decir, en cualquier relación comercial fundada siempre en el interés de los particulares que intervienen en la misma como compradores o vendedores.

Si cada quien acude al mercado procurando su beneficio individual o personal, bajo la idea de obtener el mayor beneficio con el menor esfuerzo o la mayor ganancia con la menor inversión, los resultados tienen a ser los mismos. Se produce una resistencia a las políticas públicas por parte de los particulares que se ven afectados por éstas. Esa es la lógica del comercio, la dinámica del intercambio de mercancías, la razón de ser de la interacción comercial en cualquier país y ha sido así en todas la épocas, desde la más remota antigüedad, es decir, desde que existe la mercancía y el intercambio comercial.

Esa dinámica que rige compulsivamente y con toda su fuerza en el mercado capitalista, ha sido, es y será el mayor obstáculo para el éxito de la política económica de gobiernos que, a través de reformas legales intentan una distribución más justa de la riqueza mediante políticas sociales, es decir, mediante la intervención del Estado en la economía. Estas tendencias se hacen particularmente perversas en una economía rentista petrolera en la cual el Estado (y también los particulares) manejan cuantiosos recursos que no han sido producto del esfuerzo colectivo de los habitantes del país, sino que se reciben del exterior como contrapartida a la exportación de un recurso natural con relativamente poco valor agregado.

Y, por aquello de que “al que parte y reparte le toca la mejor parte” la burocracia, como bien  sabemos, históricamente tiende a la injusticia y a la corrupción, pues los funcionarios públicos también “tienen su corazoncito”... es decir, también son personas con intereses individuales, con aspiraciones y deseos de beneficiarse y “la tentación es muy grande“, las posibilidades son muchas y los obstáculos son pocos o fáciles de evadir, pues, en estos casos, se une “el hambre con las ganas de comer”, es decir, coincide el interés particular del corruptor que soborna, con el interés particular del funcionario sobornado. Ellos también quieren obtener “el mayor beneficio con el menor esfuerzo”. El funcionario -viendo toda la riqueza que se mueve a su alrededor  y, a veces, con la intervención de su voluntas, es decir, de su poder discrecional, y no sin cierta razón,  ¿Cuánto hay pa` eso?, o ¿Y,  pa´papaíto no hay nada?

En resumen, las políticas sociales y de inclusión, los esfuerzos por lograr una más justa distribución de la renta petrolera, así como la defensa del salario y los subsidios resultaron totalmente contra-producentes. Veamos a continuación las principales consecuencias negativas de estas políticas.

a) Institucionalización de los mercados negros

Se ha generalizado el mercado negro de una inmensa cantidad de productos que van desde el mercado negro de divisas hasta el mercado negro de medicinas, pasando por vehículos, repuestos y partes, cauchos, artículos de línea blanca, artículos de aseo personal y de limpieza y mantenimiento, alimentos, etc.  El fundamento lógico de tal mercado negro estriba en las diferencias de precio de los productos regulados, protegidos o subsidiados con respecto a los precios que se derivan de la demanda solvente de esos productos dentro (“bachaqueo”)  o fuera del país (contrabando de extracción). En otras palabras, lo que persigue un fin de beneficio social, de protección o defensa de los consumidores, se ha pervertido de tal manera que se ha convertido en algo totalmente opuesto a lo deseado y totalmente perjudicial para la mayoría de los venezolanos. 

b) Institucionalización de las compras nerviosas

Se han generalizado y podríamos decir, institucionalizado, las llamadas compras nerviosas, un fenómeno que, como todo el mundo sabe, opera totalmente en favor de los vendedores y en contra de los intereses de los consumidores. Nos es necesario ser economista ni un experto financista para estimar o deducir las muy nocivas y perversas, las terribles consecuencias y funestos efectos de las compras nerviosas. En nuestro caso se ha creado una situación que favorece ampliamente los niveles de ganancia de los comerciantes en general, pero especialmente de las grandes empresas nacionales o extranjeras que dominan la producción y la comercialización a gran escala (las cuales imponen la escalada de precios) abultando extraordinariamente sus ganancias, al aumentar la velocidad de circulación de sus mercancías, así como la reposición de sus inventarios.

NOTA: Como hemos dicho, el tema que estamos desarrollando lo hemos puntualizado de la siguiente manera: a) Institucionalización de los mercados negros; b) Institucionalización de las compras nerviosas; ya desarrollados. Continuaremos en nuestra próxima entrega con los siguientes puntos: c) Institucionalización de los mercados de vendedores; d) Aparente o real desabastecimiento e) Círculo vicioso del canibalismo económico; f) Espiral hiperinflacionaria indetenible; g) Los salarios van renqueando detrás de los precios; h) Disminución del poder adquisitivo de los salarios e i) empobrecimiento general de la población.

Comentarios

Entradas populares de este blog

CARTA ABIERTA AL PRESIDENTE NICOLÁS MADURO MOROS

    Respetable mandatario:  Es probable que usted no llegue a leer esta misiva. Sin embargo, he decidido escribirla y darle la máxima difusión posible, ya que, por una parte, estoy seguro de que así aumentarían las probabilidades de que usted  llegara a leerla, y, por otra parte, porque, una carta abierta no está dirigida sólo al destinatario declarado. Por su propia naturaleza, una carta abierta está dirigida a una cantidad indefinida de personas. En el presente caso, el texto de la misiva contiene propuestas formuladas de manera expresa hacia organizaciones y dirigentes populares a objeto de estimular la participación, la movilización y el fortalecimiento del poder popular y comunal. Comienzo por hacer alusión a un recuerdo personal que viene a cuento. Cuando el  9 de diciembre del año 2012, un día después de que el Presidente Chávez se despidiera para marcharse a Cuba, una persona, apasionada antichavista, cuando me oyó expresar una opinión favorable a la decisión pre
CARLOS MARX  Y LA EXPLOTACIÒN HOY  (Vigencia y obsolescencia de su pensamiento económico) ver:  https://www.rebelion.org/noticia.php?id=246013

Un nuevo nombre para Venezuela: República Bolivariana de Tierra de Gracia

A todos los venezolanos se nos ha dicho, cuando estudiamos los primeros años de la escuela primaria, que el nombre de nuestro país surgió de una asociación comparativa hecha por el navegante italiano Américo Vespucio ( Amerigo, Vespucci ). Ocurrió durante los años inmediatos a la llegada de los conquistadores europeos a Sur América, pues en efecto, fue después de 1498 cuando Vespucio recorrió las costas del territorio que hoy ocupa nuestra Nación. Según esa versión, el expedicionario italiano, observando los palafitos construidos por nuestros aborígenes en las márgenes del actual Lago de Maracaibo, habría asociado lo observado con la ciudad de Venecia ( Venezia , Italia) y por ello le habría atribuido el apelativo de “Venezuela”.    Desembarco de los europeos en Macuro, Estado Sucre, en agosto de 1498 Sin embargo, esta versión, en nuestra opinión edulcorada o piadosa, le atribuye a este vocablo el significado de “pequeña Venecia”, siendo que en el idioma castellano, el sufij