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CLASES MEDIAS E IDEOLOGÍA FASCISTA


       

                                                                                                                    Para EGVH

Introducción.-                    

El presente texto es un intento de comprender y hacer comprender las causas sociológicas e ideológicas del comportamiento de las clases medias ante las crisis del capitalismo y la consecuente amenaza fascista siempre presente en estos casos. Tiene la forma de una carta familiar porque el texto surgió de un intercambio, dialogo o debate familiar sobre estos temas.

Sin embargo, hemos decidido publicarlo, porque las reflexiones familiares no le quitan interés al  pretendido análisis histórico-sociológico sino que, por el contrario, esos párrafos íntimos pueden ser integrados de manera coherente al resto del texto. Por eso decidimos no eliminarlos, sino publicar el texto original completo, sin eliminar esos detalles que podrían parecer superfluos respecto al planteamiento de fondo.

1.- Familia, psicología e ideología.-   

Amada sobrina: Tu eres una intelectual y mereces una explicación, lo más científica posible, de lo que nos está ocurriendo como familia y de lo que está ocurriendo en nuestro país. Te queremos escribir de una manera  adecuada al nivel intelectual y a las exigencias comunicativas de los integrantes de un grupo que se propone elevar su capacidad de interacción, como lo es “Comunicación Dar y Recibir”. Quienes te estamos escribiendo esta carta consideramos que hemos recibido y mucho, por nuestra permanencia en este grupo. Hemos aprendido y, así como hemos recibido, nos toca ahora dar. Por eso vamos a intentar corresponder con respeto, con altura y consideración.  Aspiramos dar lo mejor de nosotros, lo más amorosamente que nos sea posible, conforme a nuestra capacidad de amar y nuestros recursos intelectuales. Nadie puede dar lo que no tiene.

Nos dirigimos a ti, como proponente y conductora de este grupo de chat, primero, porque confiamos en la buena fe de tu propósito y en tu sinceridad, pero además, por tu nivel intelectual y tu pasión por el saber. Entendemos y creemos que estás buscando una salida, una apertura que te saque de cualquier encasillamiento ideológico, dogmático o sectario, limitante. Ojala las siguientes líneas que no son de ninguna manera irreflexivas o impulsivas, sino todo lo contrario, puedan contribuir en algo a esta apertura que quieres hacer.  Vamos a tratar de ser respetuosos, considerados  y lo más objetivos, o mejor decir, lo más racionales y rigurosos que nos sea posible.

Ahora bien. Nosotros, como seres humanos, somos lo que hemos sido. Es decir, somos nuestra historia. Nuestro origen y todo nuestro pasado, querámoslo o no, nos condiciona. La gran mayoría de los seres humanos cree, cuando llegan a la edad adulta son libres para hacer lo que quieren, creen que su vida está sometida a su conciencia, a su razón, ignoran el poderoso papel que juegan en su conducta y en su vida sus pulsiones inconscientes. No saben qué, además de estar sometidos a nuestras pulsiones inconscientes, estamos influidos por otras condiciones pre-determinadas, independientes de nuestra voluntad. No escogimos el momento ni las condiciones de nuestro nacimiento. No decidimos nacer en la familia en la cual nacimos. Como lo demuestran las “Constelaciones Familiares”, la historia de la familia, pesa con mucha fuerza sobre nosotros, además de las dosis de amor recibidas, incluso antes de nacer.  

En nuestra infancia y en nuestros antecedentes familiares podemos encontrar la explicación de muchos de nuestras fortalezas y debilidades, grandezas y pequeñeces, generosidades y mezquindades. Si volteamos la vista atrás, seguramente veremos muchos precedentes o antecedentes, por ejemplo, en las fallas que tenemos en nuestra manera de comunicarnos. En las dosis de soberbia, prepotencia, orgullo, arrogancia, agresividad, dureza, que podamos observar respecto a nuestra manera de discutir o polemizar. Esa dificultad para escucharnos y leernos, cuando estamos en desacuerdo, muy de los Hermoso González y de nuestra amada Vázquez Hermoso, por ejemplo. Años después, cuando se escriba la historia de esta familia, cuando terminemos el rompecabezas que estamos armando, estaremos completando el mejor instrumento terapéutico para conocernos y comprendernos, o para que se conozcan y se comprendan nuestros hijos y nietos en el futuro.  

Todo eso y muchos más rasgos o características emocionales familiares podemos encontrarlas en nuestros antepasados. No estamos descubriendo el agua tibia, nada nuevo decimos cuando hacemos referencia a ello. Psicoanálisis, Constelaciones Familiares, Gestalt y muchas otras escuelas o tendencias psicológicas basan sus teorías, sus aportes y sus propuestas terapéuticas en estos muy viejos descubrimientos. Cuando la biblia afirma que las culpas de los padres las pagarán los descendientes hasta la cuarta generación, está afirmación (que parece tan injusta) se está refiriendo a lo mismo, con otras palabras y en sentido vertical descendiente, está hablando de esa influencia de los ascendientes sobre los descendientes. 

Pero los aportes teóricos o científicos referidos, no son exclusivos y mucho menos absolutos. Hay otros factores que influyen en lo que somos, psicológicamente hablando, pues además, queda por analizar lo macro, es decir, el entorno social, que si bien no nos determina, nos condiciona, pues ejerce en nosotros una poderosa influencia. No es lo mismo nacer en la Edad Media que en la Modernidad. No es lo mismo nacer en el siglo XIX que en el XX, y, mucho menos nacer en el XX y morir en el XXI, como todos nosotros. Tampoco es lo mismo nacer en el campo que en la ciudad. Nacer en una familia súper millonaria, que nacer en una familia proletaria. Como tampoco es lo mismo nacer en una familia marginal de los cerros de Caracas, que nacer en el seno de una familia clase media caraqueña. De eso precisamente queremos hablar a continuación.  

Si bien es cierto que no escogimos la familia que nos tocó, tampoco escogemos el país ni las condiciones económicas, sociales, políticas, culturales e históricas. No hemos hecho este mundo ni las vicisitudes históricas propias del período en el cual existimos. Pero esas realidades históricas, al igual que nuestra particular historia familiar, nos condicionan, es decir, ejercen una  poderosa influencia en lo que somos, en lo que hacemos y en lo que pensamos. Influyen de manera contundente, aunque esa influencia no sea determinante ni absoluta. También lo que somos está influido, más específicamente,  por la clase o grupo social al cual pertenecemos. Respecto a ello, queremos referirnos concretamente a un hecho de nuestra época que viene particularmente a cuento.

2.- Clase media e ideología fascista.-

Hay circunstancias y acontecimientos que han ocurrido en la historia de una manera tan reiterada, que, la concatenación de los hechos, casi podría formularse como una ley histórico-social. Algo así ha ocurrido con el comportamiento de las clases medias surgidas a partir de la consolidación del sistema capitalista en Occidente (Europa y los EEUU) durante los siglos XIX y XX. Conductas que se manifiestan desde el momento en que comenzaron las grandes crisis del capitalismo. Como ejemplos, podemos señalar lo ocurrido al final de la década de los años veinte y durante los años treinta en Alemania; Italia, España, para citar solo tres países, cuando, con posterioridad a la Revolución Rusa de 1917, se presentaron las primeras grandes crisis del sistema capitalista.

Las clases medias, desde un punto de vista sociológico, se caracterizan por el hecho de que constituyen una capa social que ha sido caracterizada como pequeño-burguesa, porque no es burguesa pero aspira serlo. No es burguesa porque generalmente, mayoritariamente, carece de capital para hacer la inversión requerida para tener un ejército de trabajadores a los cuales contratar para extraer de su trabajo la plusvalía necesaria para acumular un gran capital. La pequeña burguesía lucha toda la vida por ascender y sólo muy pocos de ellos, se sacan la lotería de estar entre el uno o dos por ciento de quienes logran ascender y dejar de ser clase media. Por otra parte, la clase media es una clase “sanduche” con todo lo que ello significa. Siempre quieren ascender a la clase burguesa y les horroriza caer en la clase proletaria, es decir, los desposeídos. (Proletario significa, “el que solo tiene hijos).  

Ellos, cuando no lo logran, se auto responsabilizan de su fracaso y creen a pie juntillas de que si no lograron ascender es por incapacidad propia. No entienden que se trata de un sistema que se basa en la desigualdad. No saben o no comprenden que se trata de un sistema piramidal por definición, caracterizado por la estratificación. Es un modelo de sociedad que surgió hace siete mil años, o más, después de que el sexo femenino cayó en desgracia y se convirtió en el primer sector social esclavizado y expropiado, hasta de sus propios hijos, que pasaron a ser propiedad del pater-familia, con derecho de vida y muerte sobre ellos.  Un sistema socialmente estratificado. Piramidal. Unos pocos arriba, la mayoría abajo, trabajando duro, produciendo, y una minoría media-media, que logra escalar un poco.

Podríamos concluir en que la clase media, como los ludópatas, quienes saben que las posibilidades de ganar la lotería son mínimas, sin embargo nunca logran superar su adicción. Podríamos decir que la clase media es adicta al dinero, pero que, como no lo tiene, pasa la vida, en la mayoría de los casos,  buscándolo inútilmente. Por eso, la clase media, no es una clase burguesa, pero piensa como si lo fuera y por ello se convierten en los mejores defensores de los de arriba y, en los peores verdugos de los de abajo. Piensan y actúan como los capataces de las haciendas negreras, que habiendo sido esclavos, cuando por suerte o por adulancia logran ascender a capataces, levantan con la mayor fuerza el látigo sobre las espaldas de sus antiguos hermanos de raza, de clase y de históricos infortunios. Por eso se convierten en los mejores auxiliares y apoyos de sus amos, los verdaderos burgueses.

Por eso los de abajo (el pueblo trabajador) los repudian tanto, que, los que cumplen este papel, desde los tiempos del Imperio Romano, han sido bautizados como lacayos. En América Latina: cipayos. Por otra parte, política o socialmente, estos sectores no están “ni con Dios ni con el diablo” y, cuando se agudiza la crisis y afloran los conflictos, sufren las consecuencias de quienes pretenden aparecer como neutrales, pierden la confianza y el apoyo de todas las fuerzas en conflicto. Por ello llevan plomo de lado y lado. Por otra parte, hay que recordar que la clase media por su propia naturaleza, es una clase mediocre, que, además, se caracteriza porque tiene los peores defectos y debilidades de “los de arriba” y casi ninguna de sus virtudes o fortalezas, y, lo que es mas grave, carecen de las virtudes de “los de abajo”, y, casi ninguna sus virtudes y fortalezas.

Pero, ¿qué le ocurre a las clases medias cuando se presenta la crisis capitalista? Que la clase media es el sector social que se convierte, para los de arriba, en una especie de colchón, de escudo, de amortiguador de la crisis, pues lo primero que hacen los de arriba, para protegerse de la crisis, es lanzar hacia abajo las peores consecuencias de la misma. Es por eso que las primeras víctimas de la crisis, los primeros que quiebran y se ven obligados a cerrar sus empresas o pequeños negocios, son los integrantes de la clase media. Se salvan los más hábiles y sortarios. Los que han tenido la mayor habilidad para surgir y que, por lo general, tienen la mayor habilidad para no caer.  

Pero eso no es todo. Lo más grave es lo que ocurre después. Ya que, frente a la crisis surgen los graves conflictos sociales. Los salarios disminuyen y crece el desempleo. El empobrecimiento de las mayorías, característico del sistema capitalista, se profundiza y surge la hambruna (como está surgiendo en este momento en EEUU y en otros  países capitalistas aliados o no aliados de EEUU, como Venezuela). Un empobrecimiento galopante que, la mayoría de las veces se traslada a los países más débiles. En los últimos siglos hacia África, Asia y América Latina. Antes de 1917 y 1949 hacia Rusia y China.  

Y durante la llamada “Gran Depresión” de los años treinta, que tuvo su epicentro en los EEUU, con la gran crisis financiera de 1929, que trasladó sus peores efectos hacia el resto del mundo, especialmente hacia Europa (Alemania, España e Italia) en la década de los años treinta. Generando la crisis económica, social, política y militar que condujo a la Segunda Guerra Mundial. Hacia el la hecatombe y el holocausto. Sugerimos investigar al respecto sobre la República de .Weimar, una especie de chavismo alemán de los años veinte del siglo XX. Un experimento de revolución democrática, llamado socialismo democrático o social-democracia, que tuvo también su pavorosa híper inflación.

Pero hagamos un somero inventario mundial: Alemania, nazi-fascismo (1933-1945), España, falangismo-fascismo ( (1936-1975) Italia, musolinismo-fascismo (1929- 1945), Chile, pinochetismo fascistoide (1973-2020);  las dictaduras militares genocidas de Argentina, Brasil, Paraguay, así como los regímenes posteriores a las invasiones militares de República Dominicana, Panamá, Grenada, Guatemala, El Salvador; también el genocidio lento y sistemático colombiano desde 1948 (el Bogotazo) hasta nuestros días, con su sicariato, su genocidio al detal y sus falsos positivos. Sugerimos también investigar la información menos conocida, pero pavorosamente trágica, del genocidio perpetrado en Indonesia después del derrocamiento de Sukarno, un militar izquierdista antimperialista. Eso está en wikipedia.  

En esos conflictos económicos, sociales y políticos la clase media en general no lo duda ni un instante. Toma partido desde un primer momento por los de arriba y empieza a culpar con los trabajadores y con los grupos políticos que pretenden apoyarlos. Las contradicciones se agudizan, los conflictos se agravan, se hacen políticos e ideológicos y el Estado se ve obligado a inclinarse de  un lado o del otro. Las contradicciones se agravan en tal medida que se hacen antagónicas, aflora la violencia, los golpes de Estado, las guerras civiles, e incluso, las guerras entre naciones como pasó en 1914 y en 1939 y como podría ocurrir ahora en los EEUU, por la crisis que se está incubando en estos momentos y que podría estallar durante la pandemia o una vez finalizada. Ya va por 40 millones la cifra de norteamericanos que se han quedado sin trabajo. Y está comenzando a dispararse abiertamente la inflación que se ha mantenido hasta ahora como una inflación oculta. Pero siguiendo con nuestro tema. Expliquemos un poco más los padecimientos y las reacciones de la clase media.

A medida que la crisis se agudiza, las clases medias que se ven más y más afectadas, entran en pánico, les embarga el miedo a perder lo poco que tienen y que han adquirido con tanto esfuerzo. El agravamiento cada vez mayor de la crisis, les hace sentir que el mundo se les viene encima. Su empobrecimiento se hace galopante, el miedo pánico se apodera de ellas. El miedo, se transforma en rabia y la rabia en odio y el odio en violencia. Un odio y una violencia que la clase media, no enfila contra los verdaderos responsables de la crisis, porque en su ignorancia y enceguecidas por el miedo, no comprenden las verdaderas causas de la crisis: la voracidad acumulativa del capital que llega a un callejón sin salida. Como está ocurriendo nuevamente hoy en EEUU y en todo el mundo globalizado, donde el uno por ciento (1%) de los más adinerados, poseen o controlan más del ochenta por ciento (80%) de la riqueza producida.

3.- Miedo-rabia-odio-violencia-guerra-hecatombe.-

Todo este proceso conduce a que la clase media se convierta en la principal fuerza de choque de la gran burguesía, en carne de cañón de los burgueses que casi nunca dan la cara ni ponen el pecho, pues logran, a través de la mentira sistemática y de las medias-verdades repetidas hasta el cansancio y, en lo fundamental son dirigidas a la clase media, con la finalidad de que, de tanto repetirlas,  convertirlas en verdad (Josep Goebbels, ministro de propaganda del nazi-fascismo), todo un discurso para uso de los lacayos, los mercenarios, para que la ignorante, timorata e insensata clase media, luche por los intereses de la gran burguesía. Cuando la lucha se incrementa, los burgueses culpan con los trabajadores y los trabajadores culpan con los capitalistas.

Ambas clases comienzan movilizarse e incluso, a veces, a armarse. La guerra civil empieza a prefigurarse. Y la clase media ¿qué hace? Pues, invariablemente toma partido por los de arriba y se convierte en el grupo social más violento y combativo. Se convierten en los paladines de los oligarcas y grandes capitalistas. Se transforman en agentes propagandistas de la opresión y del terror de los grandes, creyendo que luchan por sus intereses y en favor de la libertad. Y, ese diabólico encadenamiento ascendente de mentiras-miedo-pánico-rabia-desesperanza-odio y violencia, alimentado por la propaganda sistemáticamente dirigida a desesperar a la clase media, surge una espiral que ha desatado en muchos países verdaderas tragedias y horribles exterminios genocidas.

Pero lo que ignoran u olvidan los pequeño-burgueses, es que, ocurra lo que ocurra, ellos terminarán convertidos en las principales víctimas de esta confrontación, gane quien gane. Si triunfa la revolución, quedan en el aire. Y si triunfa el fascismo, también les aplasta económica, social y políticamente, pierden todo y tienen que volver a empezar, como Sísifo, a subir y subir la  piedra. Pierden hasta la libertad de opinar. Si no vean lo que le ocurrió la clase media judía en la alemana nazi. Y a la clase media en Italiana de la era de Mussolini o a la clase media española en la era de Franco. Y, durante la batalla, por los conflictos de masas, de la violencia y la guerra, terminan perdiendo no solo sus propiedades, pierden su país, a veces su hogar y su familia o, en último caso, sus propias vidas, si no terminan como  inmigrantes o desplazados de guerra.

Y cómo se va dando ese proceso? Lo primero que ocurre es el encadenamiento miedo-rabia-desesperanza-odio-violencia-terror-guerra-genocidio-hecatombe-holocausto. Los integrantes de las clases medias sufren una suerte de enloquecimiento, de enajenación, de disociación psicótica. Pierden el sentido de la realidad, pues el miedo el odio y la desesperanza enceguecen, obnubilan. Comienzan a desear o provocar la violencia, desean sangre, violencia y muerte, con tal de ocurra lo que ellos, en su locura, creen que es la solución. En estas condiciones, las clases medias se convierten en ideólogos y propagandistas de esta alocada desesperación. No son capaces de ver que marchan hacia su propia destrucción o aniquilación.

Adoptan una suerte de comportamiento suicida. Terminan perdiéndolo todo. Destruyendo su patria y aniquilando su economía. Una economía de la cual ellos eran los principales beneficiarios, después de la oligarquía. Eso le ocurrió a las clases medias en Alemania, Italia y España. Los españoles tuvieron que emigrar después de 1939, una vez terminada la Guerra Civil. Los republicanos, para salvarse de las terribles represalias franquistas y muchos otros españoles apolíticos, huyendo de la hambruna. Por el grupo de los primeros, los padres de Soledad Bravo. Nosotros los conocimos en Santa Mónica, y como ejemplos de los españoles que vinieron huyendo de la miseria, supongo que el padre de Chechu, Isidoro Celma Mir y Sergio García Delgado, el padre de Haydee Carolina García, ex pareja de J.M.

Es lo que le ocurrió a las clases medias de muchos países que conspiraron contra sus gobiernos para apoyar intereses, ya no de sus burguesías locales, sino los intereses de los capitalistas más poderosos del mundo, es decir, las burguesías imperialistas, tal como le ocurrió a las clases medias de Irak, Libia y Siria, que sacrificaron sus propias naciones y se sacrificaron ellos mismos, para favorecer los intereses del gran capital norteamericano. Eso viene ocurriendo desde la Comuna de Paris (1871); en España, en 1831 y 1936. En Chile, en 1973 y en muchos otros países de América Latina y el mundo desde el siglo XX o quizás antes. Eso ocurrió en Venezuela con el gobierno de Cipriano Castro, un precursor del chavismo (1899-1908) y con el gobierno ultra-democrático del maestro y novelista Rómulo Gallegos (1848). Derrocados ambos por el gobierno norteamericano (apoyado por la clase media venezolana) para instaurar dos terribles dictaduras: Juan Vicente Gómez (1908-1935) y Marcos Pérez Jiménez (1948-1958).

4.- Venezuela: contrarrevolución sin revolución.-

Eso es lo que ha venido ocurriendo en Venezuela desde 1999. La clase media venezolana, ignorando y dando la espalda a sus verdaderos intereses, ha saboteado un proyecto nacionalista burgués, venezolanista (Tercera Vía), como lo era el proyecto chavista original, para apoyar, movidos por esta ideología, la política de la oligarquía venezolana favorable al imperio norteamericano. De esta manera han contribuido a la destrucción  del aparato productivo del país, apoyando una política de violencia, saboteadora y desestabilizadora,  que, de paso, ha resultado  totalmente contraproducente para ellos, pues todo lo que han hecho desde el 2002 hasta hoy, ha favorecido al chavismo y lo ha atornillado en el poder.

Y, en la actualidad, el fracaso de estas políticas pro-imperiales ha debilitado a esa oposición de ultraderecha hasta el punto de hacerla desaparecer. Y ha llevado a sus seguidores a la total frustración y desesperanza.  En esa trampa mortal está atrapada nuestra familia. Uno no se explica cómo es posible que no vean que todo lo que han hecho desde abril del 2002 hasta las “guaidonadas” de hoy, solo ha favorecido a Chávez, en su momento,  y ahora a Nicolás Maduro.

Ayudar a nuestra familia a salir de este círculo vicioso, del cual se están desmarcando todos los partidos y grupos de la derecha y del centro político del país, debe ser un objetivo de la apertura que te has propuesto. Una política que no conviene ni ha convenido nunca a la clase media y a sus intereses económicos. Eso no lo vieron, por su miedo-pánico al chavismo, su miedo irracional al “comunismo”, un miedo sembrado desde un primer momento cuando todavía Chávez gobernaba con ministros de derecha, como Maritza Izaguierre y tenía, como Ministra de Información a Carmen Ramia, la esposa de Miguel Enrique Otero Castillo.  

La oligarquía venezolana aliada histórica del imperialismo decidió acabar prematuramente con el gobierno chavista y convencieron a la clase media y la convirtieron en carne de cañón y en ideóloga de la conspiración. Eso ya es historia. Una historia que ha llegado hasta nuestros días. Pero, ya la gran mayoría de la clase media que ha permanecido en Venezuela está abriendo los ojos. Se están dando cuenta de que aquí no hay ningún comunismo, ni ningún socialismo y también se han dado cuenta de la inutilidad y el estruendoso fracaso de la ultraderecha venezolana y de su enloquecida alianza con el imperio norteamericano. Aquí lo vemos en Los Chaguaramos, donde la mayoría de las familias, que aunque siguen siendo opositoras al gobierno de Maduro, ya no son seguidoras de las “guaidonadas” pro-imperialistas.

Amada sobrina:
El primer paso hacia la deseada apertura familiar sería que nuestras hermanas pudieran desmarcase de esa extremista, fanatizada, dogmática y sectaria trampa ideológica. En nuestro criterio eso sería lo ideal  para lograr la unidad y la paz comunicativa que te has propuesto como meta.  En ese terreno de miedo, rabia, desesperanza, odio y violencia, no puede fluir el  amor, como todos deseamos. Si somos lo que hemos sido, no sólo como individuos sino como colectividad, entonces tenemos que conocer nuestro pasado para poder comprender nuestro presente y vislumbrar nuestro futuro. Nuestra tradición familiar no es de ultra derecha. Por el contrario, nuestros dos abuelos, bisabuelos tuyos, fueron, cada uno a su manera, hombres progresistas, ninguno de los dos se cuadró con el “gomecismo”, ni con el “pérezjimenismo”; ninguno de los dos simpatizó con el nazi-fascismo alemán ni con el imperialismo gringo.

Tampoco fueron pro-norteamericanos. Los dos demostraron su progresismo de distinta manera. Mi abuelo Ernesto Antero participo en una misión secreta, durante la terrorífica dictadura gomecista, un viaje que hizo por América Latina, encubierto como viaje técnico, pero con una misión política anti-dictadura y anti-imperialista, con la cual arriesgaba su libertad y su vida.  Por su parte, nuestro abuelo Gabriel Lorenzo fue fundador de una mutual, una suerte de sindicato disimulado, encubierto religiosamente, única forma pasible de defender los derechos de los trabajadores asalariados durante la dictadura de Juan Vicente Gómez. Y nuestro padre Andrés Avelino siempre condenó como nocivos todos los extremismos, fue todo un demócrata de centro-derecha. En cuanto Edtih Elena, ni hablar, una mujer progresista,  liberal de izquierda, de convicciones democráticas y de pensamiento anticolonial y antimperialista.  Ese es, sobrina amada, nuestro legado político familiar. No sé cuál será el tuyo por el lado de tu padre.

Amada sobrina:
Con esta carta no pretendemos convencer a nadie de nada. Simplemente nos expresamos ante los seres que amamos para que nos conozcan un poco más,  para que nos comprendan y nos toleren, nos acepten plenamente, aunque en este momento pensemos radicalmente diferente a la mayoría de los integrantes de la familia. Tampoco hemos escrito estas páginas con la finalidad de molestar, agredir ni ofender a nadie. Por eso lamentaríamos mucho que alguna de nuestras hermanas se sintiera molesta, agredida u ofendida. Ese no es nuestro propósito.  Vamos por distintos caminos, pero nuestros deseos apuntan en la misma dirección: progreso, democracia, paz, justicia y libertad. Nos encontraremos cuando hayamos llegado.

Caracas, 24 de mayo del año 2020, un fecha aniversario muy importante para todos nosotros, pues hoy se cumplen 81 años de la fundación de la familia. 
 
NOTA: En esta web hay u trabajo sobre mi libro "Pueblo Protagónico"
http://wwwpertinentes.blogspot.com/2018/  

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