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Venezuela: Diagnóstico de la crisis Nº 4: El país que hemos tenido y sus revoluciones. Primera parte.

Nuestro presente es, aunque sea parcialmente, una consecuencia de nuestro pasado. Un verdadero germen de lo que fue el proceso de formación del pueblo venezolano, podemos encontrarlo en lo ocurrido en la Isla la Cubagua en tiempos en que comenzaba la exploración y conquista de Venezuela (siglo XVI). Una somera descripción de la realidad económica y social que surgió de la muy productiva y rentable explotación de perlas, resulta sorprendentemente similar a un conjunto de características estructurales que se mantienen como una constante a lo largo de toda nuestra historia nacional: Mono-producción y mono exportación; fácil y rápido enriquecimiento de los poderosos; súper-explotación de los oprimidos y expropiados; inexistencia o perversión del mercado interno; fuga del excedente económico, es decir, de la riqueza producida o extraída; dependencia técnica y comercial; dominación política externa; ausencia de un proyecto de desarrollo económico endógeno o imposibilidad de impulsarlo; son algunos de estos rasgos característicos. 


En otras palabras, desde que dimos nuestros primeros pasos, las posibilidades de desarrollo económico y social independiente han estado mediatizadas u obstaculizadas por una relación de subordinación a poderes expoliadores internos y externos. Y, así como ocurrió en la Isla de Cubagua, en líneas generales, estas relaciones de dominación colonial continúan hasta que, a principios del siglo XIX estalla la lucha independentista. A partir de este momento van cambiando algunos rasgos de la dominación, pero, las principales y ya señaladas características (subordinación, expoliación y expropiación de nuestras riquezas naturales y de los productos del trabajo)  se mantienen invariablemente. Cambian los productos que se exportan y las condiciones de la exportación, siempre de acuerdo a las necesidades y vaivenes del mercado mundial, condicionadas de manera permanente a la demanda y a los precios internacionales.

A partir de la Gesta Emancipadora hasta el presente van cambiando los conflictos, surgen nuevas contradicciones y nuevas  formas de opresión. También han surgido nuevas formas de resistencia popular renovadas formas de lucha contra la opresión. La lucha ha sido constante. Sin embargo, hay que destacar que durante los 208 años transcurridos desde el 19 de abril de 1810 hasta hoy, se han producido cinco intentos de revolución social o modernización política: el primero, la revolución de independencia encabezada por Simón Bolívar e iniciada a principios del siglo XIX; el segundo intento de revolución, la rebelión campesina encabezada por Ezequiel Zamora iniciada en 1859 conocida como la Guerra Federal; el tercero, la Revolución Liberal Restauradora, liderada por Cipriano Castro e iniciada en 1899; el cuarto, la denominada Revolución de Octubre iniciada en 1945, liderada por Rómulo Betancourt, y el quinto intento, actualmente en desarrollo, iniciado en 1999 y encabezado por Hugo Chávez.

Los cuatro intentos de modernización ocurridos antes de 1999 han sido seguidos de cuatro contrarrevoluciones que han frustrado los cambios adelantados y han restaurado la vieja dominación. La revolución de independencia fue seguida de una contrarrevolución encabezada por José Antonio Páez; la rebelión popular campesina encabezada por Zamora, es derrotada por la contrarrevolución encabezada por Antonio Guzmán Blanco; el tercer intento de modernización liderado por Cipriano Castro es derrotado y revertido por una contrarrevolución encabezada por Juan Vicente Gómez; En el caso de la revolución de octubre veremos cómo resultó frustrada por una contrarrevolución encabezada por Marcos Pérez Jiménez en 1948, y, por el mismo Betancourt, a partir de 1959. Nos preguntamos ¿por qué fracasaron esos cuatro intentos de modernización? ¿Qué tienen en común? Respondemos: Es fácil percibir rasgos económico-sociales que guardan estrecha semejanza entre ellos y respecto a los que identificamos en la Isla de Cubagua.

El primer intento de modernización surge, como hemos dicho, a partir de la revolución independentista y pretendiendo seguir un  camino similar al abierto por las revoluciones burguesas adelantadas en Norteamérica (1770) y en Francia (1789). En efecto, los próceres de la Independencia Latinoamericana, se proponen impulsar una revolución social y política orientada a crear en la región uno o varios poderosos Estados-nacionales modernos, soberanos, republicanos, democrático-burgueses, vale decir, capitalistas. Caben entonces las siguientes preguntas: ¿Por qué Bolívar y todos los demás próceres de la independencia hispanoamericana triunfan en los campos de batalla pero fracasan como estadistas, como constructores de las nuevas repúblicas?, ¿por qué fracasa el Congreso de Panamá?,  ¿por qué se frustra el intento de unificación Gran-colombiano?, ¿por qué fracasa el proceso de unificación de Hispanoamérica y se produce, por el contrario, la balcanización de la región, al imponerse los intereses mezquinos y localistas de las oligarquías de Suramérica y El Caribe? ¿Por qué se logra la independencia política pero no la soberanía ni el desarrollo económico y social independiente? ¿Por qué en toda Hispanoamérica se pasa de una subordinación colonial a una subordinación neocolonial? Ello no puede ser casual. Todas estas consecuencias similares han debido tener causas comunes.

Conforme a nuestro  análisis, tanto Bolívar como los demás dirigentes del proceso independentista latinoamericano, al proponerse la construcción republicana, asumieron el reto de adelantar un desarrollo económico-social siguiendo el modelo de progreso iniciado en Europa, lo que significaba, en nuestro caso, intentar una revolución burguesa sin burguesía, sin desarrollo industrial, sin mercado interno evolucionado. Vale decir, sin capitalismo ni proto-capitalismo. En esas condiciones el proyecto demostró rápidamente su inviabilidad. Las oligarquías terratenientes y esclavistas (clases sociales más poderosas en aquel momento y cuyos intereses concretos e inmediatos nada tenían que ver con el desarrollo capitalista, sino que, por el contrario, resultaban afectados por los cambios que implicaba el nuevo modelo de sociedad). Como era de esperarse, esas oligarquías se opusieron férreamente al proyecto de revolución. En ausencia de una burguesía emergente, es decir, sin el apoyo de una clase social revolucionaria, los dirigentes quedaron aislados y no pudieron abolir la esclavitud, ni repartir las tierras, ni eliminar las ataduras serviles que sufría la población aborigen.  Y al fin, ya disuelta la Gran Colombia, Sucre muere asesinado y Bolívar perseguido y expulsado tanto de Colombia como de Venezuela.

Las tareas de la transformación social emancipadora y modernizadora quedaron pendientes o inconclusas. Próceres de la Independencia como Páez en Venezuela y Santander en Colombia, pactan con las oligarquías de sus respectivos países y ellos mismos se convirtieron en los nuevos oligarcas, terratenientes y esclavistas y, como gobernantes, se entendieron con  las nuevas potencias imperiales neo-colonialistas  europeas, como Francia e Inglaterra, y con los emergentes EEUU. No hay que olvidar que Páez muere adinerado y en Nueva York. Antes que desaparecer resurgen, con nuevas modalidades, las injusticias sociales, la sobre explotación, la miseria y el atraso. A los rasgos de dependencia y subordinación ya descritos se sumaron otros, como el endeudamiento externo. Se profundizó la dependencia técnica, industrial y comercial. Se mantuvo la hipertrofia y el estancamiento del mercado interno; se hizo imposible el desarrollo industrial y se obstaculizó la producción interna, tanto agrícola como industrial. La nación se hizo agro-exportadora, pero siguió siendo mono-productora y por tanto, dependiente de las importaciones. Con diferencias y especificidades, algo similar va a ocurrir en toda Hispanoamérica y El Caribe. Y,  ¿qué tienen o que tenían en común todos estos países en esa época?

Este análisis continúa en nuestra siguiente entrega titulada:” Venezuela: Diagnóstico de la crisis Nº 5: El país que hemos tenido y sus revoluciones”.    Parte II.

http://josemanuelhermoso.blogspot.com/2018/08/venezuela-diagnostico-de-la-crisis-n-5.html


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